¿Por qué la gente que viaja es más feliz?

Hay quien dice que viajar no lo es todo en la vida. Pero en viajes por Europa pensamos que viajar es una parte muy importante de la vida.  Viajar no amplía nuestro concepto del mundo y nos hace más inteligentes y prácticos para la vida, sino que también conocemos a nuestros vecinos, a aquellos con quién tenemos la suerte de compartir un lugar en el mapa.

Conocer a nuestros amigos de Europa nos educa, nos enseña que somos algo más que nacionalidades europeas y que, ante todo, somos personas de carne y hueso: que se enamoran, que viven, que compran, que se enfadan y se reconcilian, y que quieren una vida feliz no importa en qué lugar estén en el continente.

Más que ver un documental sobre viajes, viajar nos permite ser el protagonista de nuestro propio documental. Es en ese «laboratorio» nuestro de los viajes donde realizamos y llevamos a cabo todos nuestros experimentos: ¿se dará la mano al saludar o tengo que dar dos besos? ¿se enfadará si le hablo de tú o es mejor que le hable de usted?

Es esa apertura a un nuevo estilo de vida lo que nos hace comprender, sobre todo, para bien que no somos los únicos que poblamos éste planeta azul: lleno de mares y tempestades pero que se convierten en campos verdes que visitamos cuando vamos desde España hasta la parte más septentrional de nuestro continente, allá en los nevados países nórdicos.

Viajar nos hace más tolerantes porque aprendemos que no todo el mundo vive como nosotros y, además, nos damos la oportunidad de descansar y desconectar del estrés de la realidad diaria de nuestros hogares y lugares de origen. Nos obligamos por otra parte a entender a los demás: a ponernos en su lugar, a comprender que si en nuestra casa tenemos metro en otros países son felices con trolebús, por poner tan sólo un ejemplo.

Pero hay una cosa todavía más importante y es que en viajes por Europa pensamos de verdad que la gente que viaja es más feliz porque, aunque suene reiterativo, viaja. Es decir, porque tiene el interés de viajar, la inquietud. La gente que viaja es feliz de que tienen una ilusión, y una personalidad con interés por la vida y por el medio que le rodea.

Además viajar es una actividad que requiere mucha practicidad, es decir, viajar no es siempre de color de rosa porque en ocasiones hay que hacer gestiones pesadas, arreglar documentos y toparse con la burocracia, comprar billetes o perderse en diferentes ciudades o en aeropuertos.

No obstante, como decimos viajar es una muestra de que se tiene interés por la vida y por estar vivo, por conocer los diferentes monumentos y a nuestros vecinos, cosas que a su vez lleva consigo aparejada otras virtudes vitales para la persona que viaja.

Tanto si nos damos cuenta como si no, viajando se aprende mucho. Cuanto menos, las palabras más básicas con las que comunicarnos con personas que, hasta antes de que viajáramos, eran sólo parte de un nombre en el mapa. Y ellos mismos se dan cuenta de que nos acercamos a su cultura y de que la valoramos.

Por tanto, si tenemos suerte nos ayudarán también a que la búsqueda de la propia verdad de la vida en nuestro viaje sea más adecuada y correcta: los naturales de cada país nos indicarán donde está cada lugar en el mapa, harán gestos para entendernos mutuamente, etcétera.

Aunque no sea siempre así, por otra parte, ya que hay gente que preferiría no ver turistas ni extranjeros en sus países, eso también pasa en nuestra propia casa, por lo que en ese caso nuestro viaje se convierte en una escuela de vida por la que cada viajero debe pasar y curtirse con las experiencias buenas pero también con las negativas.

Por eso además de todo lo que hemos mencionado anteriormente, la persona que realiza un viaje, sea del tipo que sea, no da tanta importancia a quién viene de cada país, a quién es extranjero en su propio país de origen y quién no. ¡Y mucho menos le dará importancia al señor dinero! Aquél del que hablan todos.

Es cierto, todavía necesitamos dinero para poder viajar, pero el viajero de verdad no lo ve como algo que hay que conseguir a lo loco para acumular sin más: más bien, por el contrario, el dinero es un cheque o un billete de avión, unas noches de hotel o una guía de viajes: de ese modo el dinero cobra mucho más interés, sano, ¡y sentido!

En viajes por Europa somos así, originales: porque nos gusta viajar. Por ello, nos encantará también conocer vuestra opinión y si escribís algún comentario en el que opinéis que os parece ésta magia que nunca se acaba, ni siquiera cuando estamos ya en casa, que es viajar.

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