Roma, la ciudad eterna, es un destino monumental y turístico que recibe turistas todos los días, a todas horas. Quizá sea verdad que no hay un solo día del año en el que esta capital de Italia no reciba la visita de cantidades no desdeñables de turistas, deseosos de saciar los instintos de su alma viajera.
Sin embargo, esto no es para nada sorprendente, ya que se trata de un destino turístico europeo muy atractivo que tiene mucho que ofrecer – y no nos referimos únicamente a sus monumentos.
Ya se trate de históricos iconos, de sus rincones escondidos, de su excelente gastronomía, o de sus interesantes museos o fascinantes vistas a la ciudad, Roma siempre está viva y mantiene viva la llama turística, que brilla con luz propia.
Porque Roma puede visitarse en varios días, si bien para ello es importante aprovechar bien el tiempo. Algunos viajeros planifican su visita para tiempo más prolongado, mientras que otros pueden ver todo lo que ofrece en tan sólo un par de días. Lo bueno es que una escapada de 48 horas a Roma es viable en cualquier época del año. De hecho, realmente no es tan importante si eliges la primavera o el invierno para tu visita.
Porque sea como sea, cada estación aporta sus ventajas e inconvenientes para realizar una visita a la ciudad de Rómulo y Remo. Veámoslo más de cerca.
Roma en primavera
Una de las ventajas de viajar a Roma en primavera es el agradable tiempo que hace en esta época del año. Aún no hace calor, lo que es bueno para explorar la ciudad. Además, en esta época Roma ofrece unas condiciones perfectas para la fotografía.
Desde que la primavera es la estación de la floración, los paisajes que aquí se ven son realmente impresionantes. Además, hay menos turistas que en verano, por lo que no hay peligro de que las multitudes estropeen la atmósfera única que queremos que se vea al hacer nuestras fotos.
El inconveniente de viajar a Roma en primavera, no obstante, es que los precios del alojamiento y la comida van gradualmente subiendo.
Roma en verano
Viajar a Roma en verano es fantástico, porque hay días más largos y, por tanto, más tiempo para hacer turismo y visitar los lugares más interesantes. Además, en esta época del año hay numerosos eventos culturales y deportivos, conciertos y festivales en Roma, que atraen también la atención de los turistas.
El inconveniente de un viaje a Roma en verano son – claro está – las aglomeraciones de turistas que se concentran, sobre todo, en torno a los principales lugares de interés turístico. Además, el bochornoso calor no facilita que los turistas disfruten de un agradable paseo por la ciudad. Así que a veces hacer turismo en esta época puede ser algo más difícil.
Por supuesto, los precios del alojamiento en esta ciudad traspasan las barreras habituales y son los más altos de entre todas las estaciones.
Roma en otoño
En otoño, especialmente en los meses de septiembre y octubre, Roma acoge interesantes festivales, como el festival del vino, o el del cine, por ejemplo. También es la mejor época para ir de compras, ya que aquí se celebran numerosos mercadillos.
Todo ello acompañado de un agradable tiempo otoñal, en el que las temperaturas ya descienden pero siguen siendo del todo agradables. Pero es cierto también, que en esta época es también más habitual ver precipitaciones y mal tiempo.
Roma en invierno
La mayor ventaja de visitar Roma en invierno son sin duda los precios de los alojamientos. También, esta temporada turística se considera temporada baja respecto a los demás meses del año, lo que significa que el número de visitantes a la ciudad cae considerablemente.
Las temperaturas asímismo descienden, por lo que aquellos a quienes no les guste el frío deberán elegir otra fecha para visitar Roma, o vestirse para la ocasión.
Sea cuál sea la época en que visites Roma, disfrutar de tu estancia es – por supuesto – lo primero. Por eso, no dejes que el calor o las desagradables precipitaciones te disuadan de venir a la capital de Italia, en plena península itálica.
Roma ofrece tantos atractivos que podrás disfrutar de ellos sea cuál sea el tiempo que haga.